Los animales actúan por instinto, y en el caso de un gato no es la excepción, porque quizás en su instinto de caza para alimentarse, intentó atrapar un ave o roedor, sin pensar que ellos por el lugar en el que estaban le costaría la vida…
En cambio, el homo sapiens (en latín «el hombre sabio»), comúnmente llamado ser humano, es un ser racional, es decir pensante. Lamentablemente hace décadas que el ser humano se está volviendo cada vez menos pensante. Está convirtiéndose en una problemática cada vez más frecuente, y sobre todo en los servicios básicos que el mismo hombre necesita para su subsistencia: la electricidad.
De mayor a menor siempre hay responsables, siempre hay inacciones, siempre hay ineficiencias. El «ah pero…», se ha tornado tan común a la hora de las excusas, que ya están en todos los comunicados oficiales, tanto nacionales, provinciales, regionales o a través de cooperativas. Se agradece el esfuerzo de estas últimas, pero no es suficiente. Como último eslabón de la cadena de responsables, son centro de las críticas, porque bien cobran sus servicios, para mantener al mínimo la calidad del mismo.
Esta semana fue un gato el responsable, ya antes otro «pariente felino» había recibido la misma culpa en otra subestación de media tensión. Los árboles, con sus ramas, las tormentas y los fuertes vientos, siempre se tiene a mano desligarse de responsabilidad alguna. Total, la naturaleza tiene espalda ancha para seguir soportando.
Pero la nobleza obliga, todos sabemos cuál es la verdad. Es la falta de un Estado responsable, por consiguiente de empresas responsables, que realicen las inversiones que se necesitan, en tiempo y forma, para que en definitiva no existan problemas o errores involuntarios. Lo podemos definir como «Riesgo Cero», en consecuencia ser más eficientes.
Los usuarios pagan por un servicio, el mismo debe (o debería) ser eficiente como contraprestación. Pero todos sabemos que no es así, y como consecuencia nos sentimos estafados, vulnerados e impotentes por no tener el servicio que tanto nos cuesta. Y lo que es peor aún, no tener a quien reclamarle y que este reaccione con las medidas necesarias para exigir y hacer cumplir lo que corresponde. Si un usuario no paga, a la larga, hasta se le puede hacer un juicio o embargo a favor de la empresa o cooperativa. Pero si esta no cumple, queda impune. ¿Es justo? No, absolutamente no.
El Estado es responsable de hacer cumplir lo que corresponde para con los ciudadanos, hacer cumplir la igualdad de derechos. Son responsables el gobierno nacional, provincial, senadores, diputados, intendentes o presidentes comunales y concejales. Nadie está exento de responsabilidad. Por acción u omisión siempre hay responsabilidad, cuando una empresa no cumple, en este caso, con el servicio eléctrico.
Si tuviéramos un Estado eficiente, habría por consecuencia empresas y servicios eficientes, calidad de vida en cada uno de los lugares que nos toca vivir. Hoy se habla mucho del arraigo, pero en la práctica se hace poco y nada. Podríamos decir que se está haciendo, pero las obras tienen un retraso mínimo de 30 o 40 años en su ejecución. ¿Sirven? Algo si… «Peor es nada». ¿Es suficiente? Obviamente que no, porque así se nos pasa la vida entre utopías e ilusiones, a la espera de un futuro mejor que nunca llegará.
En la noche del viernes 11 de octubre de 2024, varios sectores de Venado Tuerto sufrieron un corte de luz que duró varios minutos. Según comunicaron desde la Cooperativa Eléctrica de Venado Tuerto el mismo fue provocado por un gato que se introdujo en el centro de distribución de Zapallar y Ruta 8. La región también se vio afectada, como las localidades de Santa Isabel y Villa Cañás, por cortes «sorpresivos» del suministro eléctrico.
Lo que no es sorpresa es la ineficiencia, total, la culpa siempre la tendrá un gato.
Fin.
